La timosina beta 4 es una proteína ya conocida por los científicos por la capacidad que presenta de minimizar la pérdida de células musculares cardiacas al producirse un infarto. Ahora además, se conoce que la proteína en cuestión repara el corazón estimulando el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos con la colaboración de las células que se encuentran albergadas en la capa más externa del corazón.
Los científicos utilizaron varios ratones a los que se les suprimió la proteína del corazón. Se comprobó que los corazones no se desarrollaban adecuadamente ante la negación de la timosina beta 4. El resultado eran corazones muy débiles y un deficiente crecimiento de los vasos sanguíneos.
La conclusión indica que la proteína podrá ser eficaz en el tratamiento de las personas que han sufrido un infarto de corazón. Claro, que las pruebas aún no han sido realizadas con seres humanos, deberemos esperar nuevas pruebas y nuevos estudios que indiquen la viabilidad del remedio.
Vía | Consumer
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