Es maravilloso ¿verdad? pasear descalzo sobre el pasto humedecido por el rocío de la mañana. ¿Porqué no hacerlo cada día? Da igual que seas una urbanita que ha de encender el coche y recorrer 60 kilometros para ver un prado de césped verde.
Ahora, con esta práctica rueda, puedes ir al trabajo correteando como la Heidi cuando jugaba con sus cabritas y cantando lo de “Abuelito dime tú...”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario