Lo que Elena Poniatowska dijo en el promocional perredista fue, textual:
“Los del PAN atacan a López Obrador con puras mentiras… Es mentira que tenga relación con Hugo Chávez… Es mentira que con deuda pública se haya pagado los segundos pisos y el apoyo a nuestros viejitos… Se hicieron con buen gobierno, ahorro y honradez… ¡No calumnien!”.
La buena fe de Poniatowska no está en duda. Por eso no es política y hasta estas alturas de su vida participa en una campaña política. Con buena fe creyó lo que le contaron para decirlo ante la cámara. Por buena fe no confirmó, como periodista de gran oficio que es, la información y ahora la confrontación entre intelectuales pro ella y/o López Obrador y el presunto calumniador, el PAN, no parece que vaya a ceder, ahora con lenguaje de altos vuelos, para darle brillo a “la degradación y el envilecimiento de México” que anteayer José Emilio Pacheco lamentó en las páginas de Proceso.
No voy sobre la deuda pública, los segundos pisos ni la ayuda a los viejitos que citó Poniatowska, sino a un panorama más amplio de la situación económica del Distrito Federal entre los años 2000 y 2004, a ver qué tanto del buen gobierno a que aludió la espléndida novelista disfrutó la ciudad.
Si Producto Interno Bruto es el valor total de la producción de bienes y servicios finales de una economía en un período determinado, bueno, el PIB capitalino ha sido deficiente en comparación con el resto del país, según los siguientes elementos:
• Durante el período 2000-2004 fue tan pobre su desempeño que el PIB-DF se fue al lugar 32 de las entidades federativas y fue la única con cifras negativas de crecimiento total. La media nacional en este rubro fue 8.7% en el período. Quintana Roo estuvo a la cabeza con un acumulado de 23.1% y el DF en la cola con menos 1.7 por ciento.
• En el sector industrial, el DF ocupó el lugar 26. La media del período se situó en 1.8%, pero mientras Zacatecas pese a su terrible pobreza alcanzó 36.3%, el DF con todo y su enorme potencial cayó a menos 6.9%.
• La industria manufacturera del DF cayó a la posición 31, mientras que el PIB manufacturero guanajuatense ascendió a 18.8% y frente a una media nacional de apenas 0.9%, el capitalino se hundió a menos 14 por ciento.
• En industria eléctrica, gas y agua, el DF también ocupó la penúltima posición. Con una media nacional de 9.2%, Campeche registró un sorprendente 147.7%, contra menos 14.8% del DF. 162.5 puntos de diferencia…
• El sector construcción del DF se posicionó en el décimo lugar con un acumulado de 23.5%, un buen desempeño del sector, pero esta industria representa sólo el 5.0% del PIB total capitalino. La media nacional fue lamentable: 0.6%, y Chiapas se situó en el primer espacio con un crecimiento de 81%.
• El crecimiento del sector servicios del DF fue de 3.9%, sólo superior al de Guerrero, contra el 23.3 por ciento de Quintana Roo y una media nacional de 11.6%.
• El sector comercio, restaurantes y hoteles de la capital del país tuvo la última posición del comparativo, con menos 11.5%, contra una media nacional de 10.8% y un primer lugar de Zacatecas con 28.2%.
• El crecimiento del sector transporte, almacenaje y comunicaciones del DF sólo superó a Sinaloa, Hidalgo, Aguascalientes y Chiapas con 16.7%, contra 39% del puntero Campeche.
• Finalmente, el sector servicios comunales, sociales y personales del DF, pese a la pregonada política social del gobierno perredista, fue el peor entre las 32 entidades federativas con menos 4.5 por ciento contra 12.6% de Quintana Roo y una media nacional de 3.3%.
Proporciones implican magnitudes y usted podría objetar el comparativo anterior argumentando que unos cuantos puntos porcentuales del DF arrasan en tamaño a los altos porcentajes estatales. No lo refuto, pero a veces las proporciones ayudan más que las cantidades para medir la eficiencia y la productividad que, como usted ha visto, en los porcentajes negativos el Distrito Federal tocó fondo y se hundió más…
En unos resultados como los enlistados, ¿se puede considerar que las cosas se hicieron a base de buen gobierno, ahorro y honradez? Si por lo menos Elena Poniatowska hubiera consultado algunas de las revisiones hechas a las cuentas públicas del gobierno de su candidato, habría descubierto situaciones que ni la Contaduría Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa capitalina, bajo férreo control perredista, pudo ocultar los serios abusos y desperdicios presupuestales que no abonan la honradez de muchos funcionarios que acompañaron a López Obrador en esos años.
Pero por parejo, perredistas e intelectuales proclives al ex jefe de gobierno capitalino pasan frente a esos hechos como si fueran fantasmas: no los ven y luego, con sus expresiones, contribuyen a que los grandes sectores de la población más golpeada por la injusticia centenaria tampoco los note; y vale preguntar si en personajes culturalmente privilegiados como son los intelectuales pueden disculparse dislates éticos de tales magnitudes.
“Los del PAN atacan a López Obrador con puras mentiras… Es mentira que tenga relación con Hugo Chávez… Es mentira que con deuda pública se haya pagado los segundos pisos y el apoyo a nuestros viejitos… Se hicieron con buen gobierno, ahorro y honradez… ¡No calumnien!”.
La buena fe de Poniatowska no está en duda. Por eso no es política y hasta estas alturas de su vida participa en una campaña política. Con buena fe creyó lo que le contaron para decirlo ante la cámara. Por buena fe no confirmó, como periodista de gran oficio que es, la información y ahora la confrontación entre intelectuales pro ella y/o López Obrador y el presunto calumniador, el PAN, no parece que vaya a ceder, ahora con lenguaje de altos vuelos, para darle brillo a “la degradación y el envilecimiento de México” que anteayer José Emilio Pacheco lamentó en las páginas de Proceso.
No voy sobre la deuda pública, los segundos pisos ni la ayuda a los viejitos que citó Poniatowska, sino a un panorama más amplio de la situación económica del Distrito Federal entre los años 2000 y 2004, a ver qué tanto del buen gobierno a que aludió la espléndida novelista disfrutó la ciudad.
Si Producto Interno Bruto es el valor total de la producción de bienes y servicios finales de una economía en un período determinado, bueno, el PIB capitalino ha sido deficiente en comparación con el resto del país, según los siguientes elementos:
• Durante el período 2000-2004 fue tan pobre su desempeño que el PIB-DF se fue al lugar 32 de las entidades federativas y fue la única con cifras negativas de crecimiento total. La media nacional en este rubro fue 8.7% en el período. Quintana Roo estuvo a la cabeza con un acumulado de 23.1% y el DF en la cola con menos 1.7 por ciento.
• En el sector industrial, el DF ocupó el lugar 26. La media del período se situó en 1.8%, pero mientras Zacatecas pese a su terrible pobreza alcanzó 36.3%, el DF con todo y su enorme potencial cayó a menos 6.9%.
• La industria manufacturera del DF cayó a la posición 31, mientras que el PIB manufacturero guanajuatense ascendió a 18.8% y frente a una media nacional de apenas 0.9%, el capitalino se hundió a menos 14 por ciento.
• En industria eléctrica, gas y agua, el DF también ocupó la penúltima posición. Con una media nacional de 9.2%, Campeche registró un sorprendente 147.7%, contra menos 14.8% del DF. 162.5 puntos de diferencia…
• El sector construcción del DF se posicionó en el décimo lugar con un acumulado de 23.5%, un buen desempeño del sector, pero esta industria representa sólo el 5.0% del PIB total capitalino. La media nacional fue lamentable: 0.6%, y Chiapas se situó en el primer espacio con un crecimiento de 81%.
• El crecimiento del sector servicios del DF fue de 3.9%, sólo superior al de Guerrero, contra el 23.3 por ciento de Quintana Roo y una media nacional de 11.6%.
• El sector comercio, restaurantes y hoteles de la capital del país tuvo la última posición del comparativo, con menos 11.5%, contra una media nacional de 10.8% y un primer lugar de Zacatecas con 28.2%.
• El crecimiento del sector transporte, almacenaje y comunicaciones del DF sólo superó a Sinaloa, Hidalgo, Aguascalientes y Chiapas con 16.7%, contra 39% del puntero Campeche.
• Finalmente, el sector servicios comunales, sociales y personales del DF, pese a la pregonada política social del gobierno perredista, fue el peor entre las 32 entidades federativas con menos 4.5 por ciento contra 12.6% de Quintana Roo y una media nacional de 3.3%.
Proporciones implican magnitudes y usted podría objetar el comparativo anterior argumentando que unos cuantos puntos porcentuales del DF arrasan en tamaño a los altos porcentajes estatales. No lo refuto, pero a veces las proporciones ayudan más que las cantidades para medir la eficiencia y la productividad que, como usted ha visto, en los porcentajes negativos el Distrito Federal tocó fondo y se hundió más…
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Pero por parejo, perredistas e intelectuales proclives al ex jefe de gobierno capitalino pasan frente a esos hechos como si fueran fantasmas: no los ven y luego, con sus expresiones, contribuyen a que los grandes sectores de la población más golpeada por la injusticia centenaria tampoco los note; y vale preguntar si en personajes culturalmente privilegiados como son los intelectuales pueden disculparse dislates éticos de tales magnitudes.
2 comentarios:
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